Prácticas

La sesión

Un viaje de relajación profunda y renovación de tu ser interior, en el que te sumergirás en un océano de sonidos armónicos que te ayudarán a liberar tensiones, reducir el estrés y equilibrar tus energías.
Experiencias únicas, adaptadas a tus necesidades, diseñadas para que te sientas cómoda/o y puedas entregarte completamente al poder sanador de los sonidos.

“He sentido mucha paz, nunca había sentido tanta paz y de forma tan profunda.”
Julio (Manresa)

Los beneficios

Estos son algunos de los beneficios básicos de un Baño de Sonido debidamente ejecutado, aunque pueden variar de una persona a otra:

  • Induce un estado de relajación profunda del cuerpo y la mente. Los sonidos armónicos calman el sistema nervioso, reducen el estrés y promueven el equilibrio de los hemisferios cerebrales, creando una sensación general de tranquilidad y serenidad.
  • Su efecto calmante en el sistema nervioso, ayuda mucho a reducir los niveles del estrés, la ansiedad y la depresión. Proporciona un alivio instantáneo y una sensación de profunda paz interior.
  • Desbloquea y equilibra los chakras, los centros energéticos del cuerpo.
  • Promueve la producción de endorfinas y otras sustancias químicas que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y aumentar la resistencia del cuerpo a enfermedades y trastornos
  • Estimula el cerebro y el sistema nervioso central mejorando el equilibrio y la capacidad de concentración, incrementando la creatividad y la intuición.
  • Alivia el dolor y las tensiones musculares. Es una forma complementaria de tratamiento para condiciones como el dolor crónico, los dolores de cabeza y las lesiones musculares.
  • Además, es una práctica que ayuda a las personas a recordar su capacidad de sentir la paz y el amor, la unidad, la compasión y la gratitud, a acceder a estados de consciencia expandida y profundizar en su conexión con lo sagrado y trascendental.

 

El chakra del corazón

La energía que reside en el chakra del corazón es la alegría pura, el amor, la vida.
Ejerce de vínculo entre los planos celestes y los terrestres. Ejerce de unión entre los chakras superiores, que se nutren de las energías de los planos superiores de consciencia, del alimento celeste, y los chakras terrestres, que se nutren de las energías terrestres.
Es un chakra humilde, flexible, amante, que permite la fusión de ambas energías.
Representa la apertura, la receptividad, el acogimiento, la compasión, la fusión, el reconocimiento, la gratitud.
Contiene en su centro el amor incondicional.

Sesiones para deshacer corazas y sentir la energía que reside en el chakra del corazón.

“Del yo dualista y separado de los demás, que imita el pasado y rechaza la vida tal como es, al yo profundo, a la consciencia de unidad, al reconocimiento de nuestra naturaleza esencial, de presente e infinita, amorosa y profundamente autosanadora.”

Las frecuencias cerebrales

Las frecuencias cerebrales se miden en ciclos por segundo, que se conocen como hercio (Hz) y representan las oscilaciones electromagnéticas que se producen en el cerebro. Cada frecuencia está asociada a un estado particular de conciencia.

Durante nuestra actividad ordinaria y con la conciencia normal de vigilia basada en la lógica y el razonamiento, estamos en ondas beta. Las ondas cerebrales beta (14-40 Hz) nos permiten funcionar en la vida cotidiana, tomar decisiones, procesar información e interactuar con el entorno de forma eficiente. Sin embargo, cuando las ondas beta están en niveles excesivamente altos, pueden conducir al estrés y la ansiedad.

Los sonidos armónicos detienen el diálogo interno de nuestra mente y cambian el estado de nuestra conciencia bajando los ciclos cerebrales a niveles de frecuencia entre las ondas alpha (7,5 a 14 Hz o ciclos por segundo) y las ondas theta (4 a 7,5 Hz), provocando una profunda relajación física y mental.
Al bajar a ondas más lentas se producen estados de calma y serenidad, de creatividad, se incrementa la memoria y se pueden desbloquear y solucionar inquietudes o conflictos internos.

Las ondas cerebrales alpha (7,5-14 Hz) nos sitúan en la frontera entre lo consciente y lo inconsciente, es decir, mantenemos una actividad consciente de nuestra mente pero a la vez podemos acceder a información y estados propios del subconsciente. Es un estado de paz interior y relajación profunda donde la intuición se hace más clara y más profunda cuanto más nos acercamos a 7,5Hz.

Las ondas theta (4-7,5 Hz), más bajas que las anteriores, están asociadas a la meditación profunda y nos ofrecen la posibilidad de poder descubrir acontecimientos escondidos en el subconsciente. Es una frecuencia que se asocia a una profunda conexión espiritual y de unidad con el universo, y nos da la oportunidad de acceder a una gran y profunda inspiración y creatividad.

Existen ondas cerebrales aún más lentas que se pueden experimentar durante estados de profunda meditación trascendental, pero  ya no estarían tan relacionadas con las sesiones con sonidos armónicos.

La rendición

Una sesión debidamente ejecutada, con el canto y los sonidos de los diversos instrumentos con los que trabajo, y sobre todo con el sonido de los gongs con potentes armónicos que se van sobreponiendo en capas creando una multiplicidad de tonos y sobretonos… provoca una alteración de la conciencia permitiéndonos acceder a sus niveles más profundos. Los sonidos armónicos nos llevan hacia un estado meditativo que facilita la percepción transpersonal, es decir, que podemos ir más allá de la personalidad, trascender el ego, y reconocer nuestra verdadera naturaleza.

Para ello hay que rendirse, ser capaz de soltarse, dejar de controlar y aceptar lo que pasa sin juzgar, sin resistencias, sin intervenir: convertirnos en observadores.

Más allá de la experiencia con los sonidos armónicos, este es un ejercicio enriquecedor, porque además de poder reconocer lo que somos cuando la mente deja de controlar, también nos da la oportunidad de sintonizar con la vida, de aprender a aceptar lo que hay con confianza y a establecer una buena relación con el momento presente.

Cuando humildemente asentimos a lo que hay, cuando aceptamos la vida como se nos presenta y actuamos con lo que nos ofrece, ésta se transforma y se alivia gracias a la resonancia: la libertad entra en nuestra vida y el drama desaparece.

La rendición no es resignación, la rendición es un acto poderoso, implica ceder más que resistirse al flujo de la vida, es un conocimiento simple pero profundo y luminoso: aceptar el momento presente incondicionalmente y como único lugar donde poder sintonizar con la Vida.

“El despertar es un cambio en el que se separan el pensamiento y la consciencia; en lugar de estar perdido en tus pensamientos, cuando estás despierto te reconoces como la conciencia que hay detrás de ellos.
Entonces, pensar deja de ser una actividad autónoma al servicio de sí misma, que toma posesión de ti y dirige tu vida.
La consciencia se hace cargo del pensamiento, y en lugar de tener el control de nuestra vida, el pensamiento se convierte en el servidor de la consciencia.”

Eckhart Tolle

Los hemisferios cerebrales

Los dos hemisferios cerebrales tienen funciones diferentes. Todos tenemos una amplia experiencia con el hemisferio izquierdo del cerebro, ya que es el lado que se utiliza de forma habitual mientras estamos funcionando en la vida cotidiana.
La mayoría de las personas viven la vida casi exclusivamente a través del lado izquierdo del cerebro, en el pensamiento, el razonamiento y la parte lógica.
Del lado derecho, la mayoría tienen muy poca experiencia, muchas ni siquiera son conscientes de que los dos hemisferios del cerebro tienen funciones distintas.

El cerebro izquierdo es analítico, lógico, ordena nuestras vidas por temas y procura mantenerlo todo en orden para nosotros. El cerebro izquierdo está siempre en alerta para mantenernos a salvo y asegurar nuestra supervivencia. Es responsable del lenguaje, los números, rutinas, hábitos, los aspectos prácticos, hechos, estrategias y todos los detalles de nuestra vida. Toma decisiones basadas en lo que ha aprendido en el pasado y juzga todo como correcto o incorrecto, bueno o malo.

El lado derecho es el de la creatividad y las sensaciones, está conectado con el cosmos y nuestra capacidad intuitiva de saber. Ve la foto en conjunto en lugar de los detalles; es feliz, agradecido, emocional, intuitivo e imaginativo. Utiliza símbolos e imágenes en lugar de palabras y lenguaje como hace el izquierdo.
El hemisferio derecho del cerebro tiene que ver con el aquí y el ahora; y no tiene preocupaciones.

El escenario ideal es tener los dos hemisferios del cerebro funcionando en la misma medida, siendo cada lado igualmente importante, y en equilibrio con el otro.

Un Baño de Sonido debidamente ejecutado, tiene la capacidad de apagar nuestro lado izquierdo del cerebro y colocarnos en un estado de meditación de forma automática, permitiendo surgir al cerebro derecho y conectar con la paz y el bienestar que lo caracteriza.
En este estado de ondas cerebrales theta, en el que el tiempo y el espacio no tienen significado, podemos experimentar la unidad con todo lo que es, y un profundo conocimiento de nuestra verdadera identidad como conciencia infinita confinada temporalmente en un cuerpo humano. Es una experiencia potente que puede provocar cambios en la vida de algunas personas.

El silenciamiento de la charla habitual del cerebro izquierdo es también un componente esencial en un proceso de sanación. Cuando asistimos a un Baño de Sonido experimentamos la quietud y la paz del hemisferio derecho del cerebro, dando un descanso al izquierdo, y es entonces cuando se activa el mecanismo de autosanación natural de nuestro cuerpo.

Nos conviene recuperar el hemisferio derecho y que éste pueda funcionar en paralelo con el izquierdo. Ir hacia la sincronización hemisférica de los dos lados de nuestro cerebro de modo que podamos llevar una vida más equilibrada y desarrollar todas nuestras capacidades.

Para los que practicamos con estos instrumentos, y también para quienes asisten a las sesiones de sonido con regularidad, esta reconexión se hace cada vez más fácil. Es como que los sonidos armónicos abren la puerta a la conciencia infinita del lado derecho del cerebro, y ésta permanece abierta o por lo menos desbloqueada, permitiéndonos volver allí en la próxima ocasión de forma más fácil y posteriormente en cualquier momento que se desee.

El viaje más largo y difícil apenas se extiende unos 20 centímetros.
Esta distancia no es otra cosa que el tramo que va desde la cabeza al corazón.

S. S. Ravi Shankar

El silencio interno

Durante las sesiones podrás reconectar con este espacio dentro de ti donde reside el silencio y la paz.

El canto y los sonidos de diversos instrumentos sagrados y su gran amplitud de armónicos modificarán tu percepción ordinaria debido al cambio que provocan en los patrones de las ondas cerebrales, y desde ahí podrás reconocer esta parte más profunda de tu vida, conectar con tu ser interior, con tu yo profundo.

Cuando estamos en estado Theta, como ocurre durante una meditación profunda y prolongada (y que también se consigue durante una sesión!), nuestro cuerpo se relaja por completo pero la mente se puede mantener despierta, entre el estado de vigilia y el de sueño. En este estado de bajas frecuencias cerebrales nuestra percepción se abre a otras dimensiones, la mente consciente puede estar muy receptiva y acceder al inconsciente, visualizar imágenes simbólicas y permitir que afloren bloqueos limitantes que condicionan nuestra paz interior…

Junto con el principio de resonancia, que permite modificar una frecuencia alterada a través de la transmisión de una frecuencia sana y equilibrada y producir una armonización entre la vibración del sonido y la de tu cuerpo, es el silencio una parte esencial en cualquier sesión de sanación con sonido. Con el sonido irás amorosamente hacia un estado de paz y silencio internos que es donde tiene lugar la sanación, cuando la mente se aquieta y se activa el prodigioso mecanismo natural de autosanación de nuestro cuerpo.

Durante este proceso de relajación, armonización y centramiento, podrás sentir tu cuerpo… escuchar tu voz interior… y averiguar qué es lo que necesitas trabajar, cuáles son los cambios que deberías hacer en tu vida, en tus hábitos, para recuperar tu tono original, tu equilibrio energético natural. Y es entonces cuando se empiezan a ablandar y deshacer bloqueos y tensiones, y a desaparecer molestias y trastornos, muchos de ellos relacionados con el estrés o de origen psicosomático.

Un Baño de Sonido debidamente ejecutado, además de una experiencia meditativa y armonizadora que calma y limpia la mente, elimina tensiones y estimula nuestro equilibrio psicoenergético, puede ser también un trabajo de consciencia, de reconocimiento y transformación interior.

“Con el sonido de los gongs primero me he inquietado un poco, la resistencia mental de la que tú ya me habías advertido,
pero luego me he soltado y he sentido el sonido del universo, super envolvente y poderoso.”
Danise (Sant Cugat)

La consciencia

Durante la sesión alcanzarás una profunda relajación del cuerpo y el paro gradual del diálogo de la mente, y en consecuencia, el reconocimiento del silencio interno… el personaje ficticio con el que nos identificamos ya no se sostiene y la sensación de una identidad separada de los demás se desvanece… y aquí tenemos la oportunidad de reconocer nuestra verdadera naturaleza, este vasto espacio donde nacen y mueren los pensamientos, las emociones, las sensaciones… Somos consciencia atestiguando la naturaleza efímera de las experiencias.

Despertar del sueño o la pesadilla de que estamos separados de la vida, de las otras personas o de lo que percibimos en el mundo, despertar a la realidad de que somos uno con la vida, recobrar la consciencia de unidad y dejar de vivir en la separación entre el dentro y el fuera.

Los Baños de Sonido son una buena compañía en el camino de la autoconciencia, en este proceso progresivo de apertura y expansión hacia una mayor conexión con el presente, con la vida.
A pesar de que cada sesión es una nueva experiencia, si somos capaces de rendirnos y observar sin juzgar, siempre tendrán la capacidad de mostrarnos o hacernos saber de alguna forma lo que nos conviene transformar para transitar hacia la confianza y la luz, hacia la paz interior.

Desde el corazón

El estado de consciencia de la persona que crea y emite los sonidos es mucho más importante que los conocimientos o el dominio que pueda tener de los instrumentos, a fin de que el vínculo energético que se crea durante el acompañamiento sea lo más limpio y respetuoso posible. Es imprescindible practicar con serenidad y humildad, con la mente en paz, desde el más absoluto silencio interno y centrados en el presente.
Sobretodo, practicar desde el amor, desde el corazón. Como decía Tagore, el Amor entendido como significado último de todo lo que nos rodea. No un simple sentimiento, sino una verdad, la alegría que está en el origen de toda creación.
Necesitamos pues pasar de la mente al corazón, y trabajar y generar fundamentalmente desde el corazón.
Alguien dijo que es la mente la que crea el puente, pero es el corazón el que lo debe atravesar.

–¿Qué es el amor?  preguntó el discípulo.
–La ausencia total de miedo,  dijo el maestro.
–¿Y qué es a lo que tenemos miedo?  volvió a preguntar el discípulo.
–Al amor,  respondió el maestro.

Anthony de Mello

La resonancia

Dice Don Conreaux, maestro de maestros de gongs desde hace más de 40 años, que “mientras que una gran cantidad de modalidades leen unos síntomas y se acercan al cuerpo de acuerdo con su enfermedad, la sanación holística con sonido funciona de forma distinta. Lo que hacemos es acercarnos al cuerpo siendo ya entero y completo, y llenamos este cuerpo con vibraciones poniendo énfasis en la totalidad, y cualquiera que sea el problema, el sonido irá hacia este lugar que lo necesita y el cuerpo, con la resonancia, comenzará a recuperar su potencial vibratorio natural.”
Es por el principio de la resonancia, que los gongs, los cuencos y otros instrumentos sanadores producen una armonización entre su vibración y la de la persona. Esta vibración tiene el poder de reorganizar la estructura energética de la persona y hacerla más fuerte, es decir, más armónica y más sana.

“Nunca me había sentido tan relajada, me he podido soltar y en muchos momentos he sentido que estaba fuera de mi cuerpo.”
Carla (Sant Cugat)

El sueño consciente

A medida que vas experimentando y asistiendo a las sesiones, te vas familiarizando con este estado donde la mente se mantiene en la frontera entre la vigilia y el sueño.

Aprendes a mantenerte en este “sueño consciente” donde el cuerpo está en profunda relajación pero la mente puede estar despierta, muy receptiva y conectando con sus niveles más profundos.
Reconocerás contenidos de tu mundo interior, que observarás sin juzgar ni analizar, aceptando que forman parte de ti…

És en esta práctica de autoaceptación y actitud de sabia rendición donde se puede transformar la mirada, cambiar ciertos hábitos mentales, reconstruir el comportamiento, desbloquear, solucionar conflictos y reconectar con tu verdadera naturaleza.

“Cuando controlo, no compreno.
Sólo cuando me entrego tengo la capacidad de recibir aquello que me transforma.”

Back To Top
Contáctanos mediante WhatsApp
Contáctanos mediante WhatsApp