La campana tibetana forma pareja con el Vajra (en sánscrito) o Dorje (en tibetano).
En los rituales budistas tibetanos estos dos símbolos representan los opuestos que conviven: la campana el lado femenino y el Dorje el masculino.
Las campanas están generalmente compuestas por una aleación de metales parecida a la de los cuencos tibetanos.
Las campanas tibetanas se han utilizado en el Tíbet y Nepal por los monjes budistas para la sanación, la oración y la meditación.
El efecto de su suave vibración es percibido por todo el cuerpo, de lo que deriva también su uso en las terapias de sonido complementadas con los cuencos tibetanos y otros instrumentos sanadores.
Su sonido es de una gran riqueza en armónicos y muy apropiado para armonizarnos antes y después de una sesión y para limpiar áreas de energías, cargas o influencias negativas. También para balancear nuestras energías femeninas y masculinas, el dar y el recibir, y nuestros hemisferios cerebrales.