Instrumento compuesto por dos platillos de metal elaborados con una aleación especial parecida a los cuencos tibetanos, aparejados de acuerdo a su tono y unidos por una correa de cuero, que se entrechocan delicadamente en sus bordes creando un tono suave o fuerte, un sonido claro, sostenido, puro, limpio y penetrante, que llena la atmósfera de reverberación ayudando a la mente a limpiarse de pensamientos.
Usados para indicar el inicio y el término de una sesión; al inicio para dejar todo y centrarse en el presente, y al final para despertar física y espiritualmente a nuestra realidad. Nos convocan, llaman a la conciencia, a nuestra atención y al reconocimiento y recuerdo de nuestro ser.
También para iniciar procesos de sanación, purificación y despertar interno, meditación, relajación, limpieza y armonización, etc.