El sonido que emite un diapasón es puro, son ondas sinusoidales, más simples que la mayoría de sonidos, una especie de onda ideal, sin armónicos.
Su uso es muy variado, se puede situar el diapasón activado directamente en el cuerpo físico (acupuntura vibratoria), en los huesos y articulaciones, cerca de los oídos (nunca a menos de 5cm), en los campos electromagnéticos alrededor del cuerpo (cuerpos sutiles o aura) o en el área de cada chacra para sintonizarlo.
En realidad existen distintos sistemas y teorías para su utilización, Hans Cousto, Fabien Maman o John Beaulieu son tres buenos ejemplos de referencia.
Su aplicación se basa en el fenómeno de la resonancia simpática y son capaces de resintonizar la vibración del cuerpo, devolver la vibración sana y armoniosa a todo nuestro sistema: físico, mental, emocional y espiritual.