El tambor de marco, en su forma más sencilla, consiste en un aro de madera cubierto por una piel, y sus usos puede ser tan diversos como las culturas que los han empleado o los emplean: rituales y ceremonias relacionados con celebraciones anuales como la cosecha y la siembra, curaciones y sacrificios, observaciones celestiales como el solsticio y el equinoccio, ritos de paso como el nacimiento, la muerte o la iniciación, ritos lunares, etc. Cada cultura tiene sus propios ritmos que se incorporan a los rituales y ceremonias.
Sonidos · Tambor chamánico
Hay gran cantidad de tambores de marco en todas las civilizaciones antiguas del Mediterráneo.
Pero el tambor chamánico, aunque es también un tambor de marco, se encuentra originariamente en Asia y América del Norte y tiene una diferencia importante en la forma de tocar ya que es golpeado con un hueso, cuerno o palo, a diferencia del tambor de marco mediterráneo que se toca con las manos desnudas.
El tambor es un instrumento de poder femenino, su vibración mágica se siente profundamente en el vientre y en el corazón, y está asociado al elemento tierra, es el latido de la madre tierra que nos abre la puerta a los mundos físico y espiritual, es un instrumento de profunda sanación emocional, de liberación y creatividad.
También nos equilibra lo masculino y lo femenino.
Los tambores chamánicos, en la mayoría de los casos, marcan un ritmo constante y monótono de golpes por segundo, y está científicamente demostrado que escuchar su ritmo monótono provoca la pérdida del continuum temporal y baja los ciclos cerebrales a niveles de frecuencia entre las ondas alpha y theta llevándonos a un estado de relajación profunda.
En los últimos años, se han realizando investigaciones que permiten comprobar que tocar el tambor fortalece el sistema de inmunidad natural de nuestro organismo.
Un instrumento poderoso que tiene la facultad de abrirnos a nuevas percepciones y a invitarnos a la expansión y a la transformación.